Un criterio propio
Cuando me cuestiono mi propio concepto sobre lo que considero como cultura en gastronomía y bebidas me pregunto a menudo a qué cultura gastronómica me refiero y a cuál realmente quiero pertenecer, dónde me siento cómoda dentro del sector y qué puedo aportar para no quedarme en la ya muy atestada superficie.
Yo, mujer joven, no caucásica, no del todo europea, no del todo latina, modesta clase media y no clasificable en un estereotipo común. Observo desde la posición de outsider esa cultura que tiene dos caras y cuya versión estándar cada vez me representa menos, y siento que puedo resguardarme en la irreverencia, mirar en ambas direcciones y conectar diálogos que aun no existen.
Para hablar de aquello que se queda en los márgenes hace falta curiosidad. Sé por supuesto que no tengo todas las respuestas, pero conozco a algunas personas que tienen unas cuantas muy acertadas y brillantes dispuestas a ser compartidas.
Sé también que muchxs no saben, y que jamás se atreverían a decirlo. Esto va por ellxs también.
Cantina del Funk nace para poner el foco en otras realidades posibles dentro de la gastronomía: formas de expresión que no siguen o no caben en la convención o que no quieren jugar a lo fácil. Verdades que no entran en las entrevistas comunes porque desmoralizarían a aquellos que idolatran la high cuisine y el mito del gran sommelier que parece tener todo bajo control.
Aquí hablaremos de alegría y de tristeza, de lo bello y lo feo, porque nunca hay luz sin oscuridad. Pasión, profesión, amor y un futuro optimista. Así es como tiene que ser.
Bienvenidxs a la Cantina del Funk
Linda
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This is Cantina del Funk, a newsletter about life around gastronomy.